26 de marzo de 1975
Para sanar las heridas del corazón es necesario reentrenar el sistema nervioso. Una ruptura en una relación —ya sea con otros o con una misma— crea en el sistema nervioso y el cerebro consecuencias casi idénticas a las de una lesión física. Esta meditación calma el sistema nervioso autónomo, llevando la respiración a un ritmo lento y meditativo para relajar y renovar tanto el corazón como la mente.
La posición de los brazos y las manos equilibra el meridiano del corazón, al aplicar presión en la parte exterior del dedo meñique y el antebrazo. Esto activa la conexión nerviosa del sistema autónomo, reiniciándolo. Mantener los antebrazos paralelos al suelo activa los músculos de la axila, lo que contribuye aún más a la sanación del corazón. El dedo medio en este mudra, asociado con Saturno y el elemento aire, ayuda a calmar la angustia emocional residual.