Las prácticas ascéticas implican una autodisciplina rigurosa y la renuncia a toda forma de indulgencia o comodidad para alcanzar un estado superior de ser. Algunos ejemplos de prácticas ascéticas incluyen: ayuno prolongado, posturas físicas extremas (mantener una postura durante mucho tiempo), técnicas rigurosas de pranayama, meditación prolongada en posturas incómodas, aislamiento autoimpuesto y abstinencia total de los placeres mundanos.